Los dispensadores de agua ofrecen la posibilidad de acceder a una fuente de agua saludable en todo momento y al mismo tiempo podemos obtener tanto agua caliente como fría. Si bien es cierto que estamos acostumbrados a ver los dispensadores de agua en oficinas, existen multitud de modelos capaces de adaptarse tanto al hogar como al centro de trabajo.
A la hora de instalar un dispensador de agua debemos tener en cuenta la cantidad de personas que lo van a utilizar para preveer el consumo que se producirá, por norma general una persona de características medias debe consumir de 2 a 3 litros de agua al día. El agua que consume una persona diariamente proviene de otro tipo de líquidos o comidas, pero normalmente beberá 1 o 2 litros de agua de forma directa.
El agua que se ofrece mediante estos dispensadores debe ser de mineralización baja, capaz de utilizarse para cualquier uso o adaptarse al consumo de todas las personas. Debemos asegurarnos que el agua que vamos a comprar cumpla con todos los estándares que rigen el consumo de agua potable y que se adapte a los usos más comunes: cocinar, preparar biberones, beber, etc.
Cuando adquirimos las botellas de agua mineral, estas deben ir selladas herméticamente y no deben tener ningún tipo de resto de suciedad o desperfectos.
Es importante también el mantenimiento y la higienización de todos los componentes de forma periódica, con el fin de mantener la máxima salubridad.